sábado, 11 de julio de 2009

ALGO SOBRE MI MADRE 24

Intentar contar algo de lo que es para mí mi madre es pretender atrapar algo de cielo, una pizca de perfume o un suspiro en el viento.
Remontarme en el tiempo buscando recordar mi primer recuerdo atado a su nombre es bucear en lo profundo de mi identidad y mis sueños.
Puedo, en compensación limitarme a enumerar gestos, anécdotas, momentos…pero nada podrá describir la importancia de su huella en lo que doy por llamar “mi vida” con todos sus proyectos.
Ella existe por presencia, por enseñanza y por decreto…porque vamos a aclarar que es fuerte…o lo ha sido, que ya viene decayendo su físico aunque por dentro siga siendo guerrera.
Nunca fue fácil para los abrazos, más bien lo fue para los retos. Sólo ahora, que por mi intervención la vida la ha hecho abuela, ella se ve que ha conseguido dar rienda suelta a los misterios de ser dócil y permitirse hacer gala de sus juegos.
Sí puedo decir que recuerdo, como en breves paréntesis sin cáscara, cuando ella se permitía mostrarme sin pudores y sin medidas, ese amor maternal intenso que dejaba llevarse con caricias, cuando alguna tos, una fiebre, un pequeño resfrío, me hacía sentir vulnerable, aún estando en cama, protegida y resguardada. Ella, en esas circunstancias, compensaba y convertía con su magia, lo que hubiese sido dolor en tierna alegría.
Casi sin palabras, puramente con sus miradas, la indescriptible calidez de sus manos y su alma de madre que me tocaba, todo lo que quizás, por miedo, o no saberlo, no lograba manifestar sin velos cada día.
Ella es y fue así…difícil para las exteriorizaciones emotivas…pero las lleva por dentro. Lo sé y lo he sentido. Y lo sigo sintiendo ahora y sobre todo, a través de su amor de abuela complaciente.
Sé que la vida es inapelable y a todos nos llega alguna vez el último día. Es doloroso. Cuesta aceptarlo…pero no tiene manera de ser cambiado. Tampoco tiene sentido llorar por anticipado, sí en cambio lo tiene festejar cuando hay motivo…y lo tengo, porque está y la he tenido…eso me enriquece cada día.