sábado, 11 de julio de 2009

ALGO SOBRE MI MADRE 23

Durante mi adolescencia pensaba que mi madre era poco menos que mi enemiga, ella me imponía la hora de vuelta a casa (prontísimo para mi gusto), me daba la paga semanal (insuficiente a mi modo de ver), me mandaba ordenar mi cuarto los fines de semana (agotadora tarea), y quería enseñarme a coser y a hacer punto, a lo que yo me negaba, quizá porque durante mi infancia siempre la recuerdo tejiendo, sus dedos se movían a una velocidad sorprendente y antes de que nos diéramos cuenta tenía terminado un jersey nuevo para alguno de nosotros.En aquel entonces no me daba cuenta de todos los valores que poseía como persona, y creo que no me di cuenta de ellos hasta que yo misma fui madre y tuve que enfrentarme a los mismos hechos que ella, ella se preocupó de que estudiáramos todo lo posible y nos enseñó a ser solidarios, a no mirar a nadie por encima del hombro, pero también a no bajar la mirada ante nadie, nos enseño que la amistad es un tesoro y como tal hay que cuidarlo y mimarlo.Mi madre es la persona más generosa que he conocido, la he visto volver a casa, coger un abrigo suyo preparar un bocadillo y un termo de café caliente y salir con todo bajo el brazo para dárselo a una persona que estaba pidiendo y tenía frío, siempre nos dice que hay que repartir con los que tienen menos que nosotros para poder sentirnos bien con nosotros mismos.Gracias a ella, sobre todo, somos como somos, tal vez no podría decir que somos los mejores seres humanos sobre este mundo, pero yo estoy orgullosa de cada miembro de mi familia.